
Es rico estar feliz, tranquilo, con esa sensación de que no has hecho nada mal; cuando ves q tu vida y la de los tuyos va bien encaminada, como si la vida de todos los que conociéramos fuera una unidad donde todos aportan con su felicidad y experiencias como también penas y temores. Darte cuenta como todos son partes de ese paisaje estrellado que te transporta a lugares insospechados y por un momento sentir que todo es perfecto, parte de ti, y nada tiene q ser distinto pero ya no es con ese aire de sumisión maldito que nos ahoga y nos enseña a ver las cosas de manera distinta sino que deseando todo igual incluso las discusiones te dejan ese sabor a chiste y te enseñan lo determinante que eres para los demás. Por primera ves te sientes parte de esas estrellas q te muestran todos los nortes, todas las opciones.
Cuando despertó con esa resaca y miro al cielo desde quien sabe que plaza, todo estuvo bien, nada le molesto siquiera esa sed mutante por nuevas experiencias, por seguir viviendo. Se levanto tambaleándose haciendo slalom entre los árboles iluminado por esa luna llena, solo entonces sintió esa música que siempre esta pero a veces cuesta oír; poso su espalda y nuca en la higuera y se deslizó suavemente hasta ser uno con la tierra y por primera vez en mucho tiempo durmió cómodo y feliz. No se necesito nada para poder soñar con lo que ya es realidad.
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